Hoy en día, tanto PyMEs como grandes empresas están adoptando la virtualización como una forma para ahorrar costos, mejorar la seguridad y aumentar la eficiencia operativa.
Esto se traduce en una mayor productividad con menos servidores. De esta manera, se reduce tanto el uso de equipos, cableado y hardware voluminoso como los gastos generales de IT y de administración.
En este artículo te explicamos los distintos tipos de virtualización que existen y qué beneficios brinda al incorporar esta estrategia en tu empresa.
Este proceso permite virtualizar determinadas aplicaciones y ejecutarlas desde un servidor directamente en el dispositivo del usuario final, sea una computadora portátil, teléfono inteligente o tablet.
En vez de tener que iniciar sesión desde sus estaciones de trabajo, los usuarios pueden acceder a cualquier aplicación crítica directamente desde su dispositivo particular, siempre que tengan una conexión a Internet disponible.
En ese sentido, esta tecnología es muy popular en empresas que tienen usuarios en constante movimiento y necesitan que estos puedan acceder a las aplicaciones en cualquier momento y lugar.
De manera similar a la virtualización de aplicaciones, esta permite crear una infraestructura de escritorio virtual (VDI, por sus siglas en inglés). Una de sus mayores ventajas es que los usuarios pueden acceder a todos sus archivos y aplicaciones personales desde cualquier PC, lo que significa que pueden trabajar de manera remota sin la necesidad de utilizar su computadora del trabajo.
Este tipo de virtualización reduce el costo de licencias y actualizaciones de software. Además, el mantenimiento y la administración de parches es más simple y rápida, dado que todos los escritorios virtuales se alojan en el mismo servidor.
Este es, probablemente, el más común en las compañías. La virtualización de hardware se lleva adelante gracias a un administrador de máquina virtual (VM) llamado hipervisor.
El hipervisor crea versiones virtuales de las computadoras y los sistemas operativos y los consolida en un gran servidor físico, de modo que todos los recursos de hardware se pueden utilizar de manera remota y de una forma más eficiente. Al mismo tiempo, permite a los usuarios ejecutar diferentes sistemas operativos simultáneamente desde una misma máquina.
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Fuente: Market Research Future |
Este proceso combina todas las redes físicas en un solo recurso basado en software. Al mismo tiempo, divide el ancho de banda disponible en varios canales independientes, cada uno de los cuales se puede asignar a distintos servidores y dispositivos en tiempo real.
Las empresas que más se benefician de la virtualización de redes son aquellas que tienen una gran cantidad de usuarios y necesitan mantener sus sistemas en funcionamiento en todo momento.
Se trata de una de las más fáciles de implementar, ya que consiste en compilar todos los discos duros físicos y consolidarlos en un mismo clúster.
La virtualización del almacenamiento es útil para planificar un protocolo de recuperación ante desastres. Contar con todos los datos almacenados en un entorno virtual permite replicar y transferir fácilmente esa información a otra ubicación. Además, al constituir el almacenamiento en un sistema centralizado, se eliminan los costos de administrar varios dispositivos de almacenamiento por separado.
Según una investigación de Spiceworks, más de la mitad de las empresas planea utilizar la virtualización de almacenamiento y de aplicaciones al finalizar el 2021.
Fuente: SpiceWorks
Implementar una estrategia de este tipo brinda una serie de ventajas considerables para tu negocio y tu operativa diaria. Entre las más destacadas se encuentran:
Uno de los principales beneficios de implementar este proceso es la reducción de costos y de hardware. En primer lugar, la virtualización simplifica las instalaciones, dado que solo se necesita un servidor físico para poner en funcionamiento varios servidores virtuales, lo que ahorra espacio, tiempo, recursos, mantenimiento, seguridad y consumo energético. Además, ayuda a ahorrar espacio en las oficinas. Menos equipos y menos servidores se traduce en menos calor generado.
Una empresa puede pasar fácilmente de un entorno físico a uno virtual según las necesidades de la ocasión. Esto da a los administradores el poder de evitar el desperdicio de recursos, ya que solo proporcionan aquellos necesarios en un momento dado sin afectar negativamente la operativa de la organización.
No sólo te permite realizar copias de seguridad de tu servidor virtual, sino que también puedes hacer lo mismo con las máquinas virtuales.
Al mismo tiempo, es posible migrar las VM entre sí y volver a implementar un nuevo sistema rápidamente, incluida la toma de instantáneas automáticas a lo largo del día para garantizar que los datos estén actualizados.
Contar con máquinas virtuales permite a los desarrolladores testear iteraciones de software sin impactar en el entorno de producción.
Si se lanza una nueva actualización de software, un desarrollador puede clonar la máquina virtual e implementar el parche de software más reciente, ejecutar una prueba y luego ensamblarlo en su aplicación de producción. Esto permite incrementar la agilidad y la velocidad de desarrollo.
Menos servidores y equipos significa menos tiempo dedicado al mantenimiento de la infraestructura IT y el hardware físico.
Implementar virtualización en tu negocio te permite instalar, mantener y actualizar un entorno en todas las máquinas virtuales en lugar de tener que pasar por el tedioso proceso de implementar las actualizaciones en un servidor a la vez. Esto, a su vez, permite liberar horas de tus recursos y colaboradores y destinar ese tiempo a tareas más productivas.
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En definitiva, los distintos tipos de virtualización le permiten a los negocios acceder a recursos informáticos casi ilimitados, ampliar sus capacidades comerciales, reducir el consumo energético y los gastos generales de IT.
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